Adiós al feminismo | Leonor Silvestri

                                                                                                                              Mi venganza es ser bonita

                                                                                                                              Johan Mijail

 

La familia, nido de perversiones: maternidad, deseada o no será. Como si el deseo no fuera también gestionado, manipulado, construido, coercionado y una máquina susceptible de hacer cópula con lo más rancio del capitalismo. Acaso todas o casi usan el cabello largo porque naturalmente fue elegido en una libertad inusitada desde tiempos inmemoriales que parece entonces más natural que la, ya muy política, biología. Como si desear algo fuera suficiente como para que sea satisfecho. Deseo que más se parece a una curiosidad o un capricho. Como si desear fuera condición suficiente para que obtenerlo fuera ético. ¿Se habrán dado cuenta que hablan de maternidad deseada pero el aborto no es deseado por eso se le llama interrupción voluntaria del embarazo?

 

No es no y ¿si no pudiera hablar? Y ¿si la voz no saliese de mi garganta, si fuera muda, si no pudiera articular palabra, sí quería pero no así, si dije sí, pero a la mitad no me atreví a decir no? ¿Tan atrás o tan abajo estamos que debemos explicar esta tautología en vez de cargar contra quienes necesitan explicación y malgastar el tiempo complejizando aquello no tan auto-evidente? Nunca no quiere decir sí, pero a veces sí quiere decir no, porque consentimos hasta nuestra propia opresión. Pero para ellas sí y solo sí; ellas que lograron tarifar su tiempo, su contención emocional y sus cavidades.

 

La libertad empieza por el vientre. No crías sola. La mucama cría por vos. Tu madre, la abuela cría por vos. La empleada domestica cría por vos. La prima que no tiene donde vivir y se hace cargo de lo que vos no abortaste porque mujer emancipada de maternidad deseada. Tus hijas mayores crían por vos. Tu hermana soltera cría por vos. Tribu. Cada mujer a la cual vos explotás para realizarte en tu deseo omnipotente acaparador de tenerlo todo: casa cría profesión trascendencia guita tarjeta y si se puede pareja. Porque querer es poder y vos no sos menos y no te vas a quedar atrás, fracasada. Lo que vos llamas libertad son todas las tareas impagas y/o por amor que otras más pobres, más viejas, más racializadas realizan para vos por una paga que jamás aceptarías por oprobiosa porque vos sos una mujer profesional.

 

Mi cuerpo mis decisiones. Dejar de parir, dejar de reproducirse, tal vez sea de las pocas cosas que todavía resta donde tengamos injerencia y del cual podamos apropiarnos.

 

El amor es el opio de las mujeres: la dependencia afectiva. La maternidad con apego, la lactancia hasta los 10 años, incesto y pedofilia. Los onvrez son expertos en rebasar límites con una facilidad que, en cuanto te descuidás, te chinga. Intensos y vacíos. Mediocres. Ni como esclavos sexuales nos sirven. Mejor sería que todas las madres ahogaran a su cría varón. Mientras nosotras (los) amemos ellos gobenarán. Parir es como cagar calabazas.

 

El género es una performance. Se pusieron glitter y lentejuelas para ir a una fiesta en medio de una pandemia, por la visibilidad LGTBIQ. El capitalismo no puede ni va a frenar porque hay un par de enfermas crónicas.

 

La biología no es destino excepto para las que están o son enfermas, para esas tullidas discapacitadas viejas y decrépitas. No se nace mujer, se llega a serlo, pero todas: mujerón, hembrón, vulvón. No es necesario (complete aquí con lo que se le venga en gana) para ser no binarie, como Demi Lovato.

 

Las herramientas del amo no desmantelaran la casa del amo. Qué linda la foto con el presidente. Que sea ley. Y otra ley más. Cupo laboral. Y más penas. Y que otra cosa trans. Constitución no binarie y reforma judicial feminista. Pena de muerte. ¿Dónde está Tehuel? ¿Quién es? ¿Mira lo que nos ponemos? Qué linda la frase. ¿Quién la dijo, Frida Khalo? Queda re bien en la remerita del emprendimiento. La heterosexualidad será deseada o no será. Sin clase política qué haríamos. Soledad negativa la del abandono de las instituciones ante las cuales se nos obliga a implorar ayuda a sabiendas de que están hechas para ausentarse.

 

Si al placer, no a la maternidad; pero parirás con placer. 9 meses para tener un orgasmo. Vulvocentricas, genitalistas. Ni dios, ni patrón, ni partido, ni marido, pero sí diosa, patrona, marida, partida, belle. Fuega vienta aira estafa piramidal del feminismo interseccional.

 

Tocan a una tocan a todas, excepto si mala víctima. Nadie la defiende es culpable y punto. La democracia es así, no hubo quorum. A Natacha la mataron.

 

Mira como nos ponemos, mira lo que nos ponemos para la foto con tal o cual emblemático de la clase dominante en el poder. Ni una menos, ni una más. Somos malas podemos ser peores. La paca es compañera. Somos las nietas de las brujas que no pudiste quemar. Somos las nietas de señoras católicas. Y cada voto es una bala en la reforma constituyente.

 

La violencia de opresor no es la respuesta de la oprimidas. El opresor no sería tan fuerte sin la complicidad de la oprimidas; pero la violencia engendra mas violencia e insistamos en construir desde el amor porque lo personal es político. Hacemos de una cuestión personal un problema político ¿o era una cuestión política de la ausencia de problematización? Más amor por favor, que solo la policía porte armas porque la violencia engendra más violencia y la familia es diversa.

 

Salirse del espacio de las iguales. La heterosexualidad es un régimen político. El cuerpo es una situación. El pensamiento heterosexual. La complejidad es el precio que se abona por la lucidez. Quien vive de contar muertas no te quiere viva. No te va a empoderar. No va a querer que puedas responder. Su salario depende de que seas víctima. Vivimos en el peor mundo posible.

 

En el paraíso de la disidencia, del transfeminismo y de todos los activismos sexo-afectivos no hay lugar para las crónicas, las viejas, las tullidas, las discapacitadas, las enfermas, las inmunosuprimidas, las anormales. Porque el feminismo es un humanismo y la disidencia o sus vertientes trans, sus hijes rebeldes... Nosotras no somos del todo humanas. Magnetto tenía razón.

 

Mutantes y orgullosas.

 

de Ética mutante del deseo disca y las afectaciones de la interdependencia funcional
| Queen Ludd libros | 2021


Leonor Silvestri

 

Leonor Silvestri

[Buenos Aires, 1976] Estudió letras en la Universidad de Buenos Aires. Es una activista de queer, poeta, performer, ensayista, filósofa, profesora. Entre sus publicaciones se encuentran: Catulo, Poemas. Una introducción crítica (ensayo, 2005), Irlandesas, 14 poetas contemporáneas (traducción, 2011) Ludditas Sexxxuales. Ética amatoria del deseo libertario y las afectaciones libres y alegres (ensayo, 2012) La Guerra Fría (poesía, 2013), La guerra en curso (poesía, 2015), Games of Crohn: diario de una internación (diario, 2017), Enemiga pública. Interrogatorios y disparos (entrevistas, 2017) Primavera con Monique Wittig. El devenir lesbiano con el dildo en la mano de Spinoza transfeminista (ensayo, 2019), Ética mutante del deseo disca y las afectaciones de la interdependencia funcional (ensayo, 2021), Donde mi raza muere (ensayo, 2021), Sin esperanza y sin miedo. Cínicos, estoicos y epicurios (ensayo, 2021), Servidumbre maquínica: punitivismo, trabajo y espacios de encierro (ensayo, 2021).