“Calaveras retóricas”, de Diego Lazarte | José Miguel Herbozo
La strada | Lima | 2021 | 66 pp.

Calaveras retóricas es el retorno a la publicación de poesía —no a la creación artística— de Diego Lazarte (Lima, 1984). Desde su primer libro, La clavícula de Salomón (2003, ganador de los Juegos Florales de San Marcos) hasta este, Lazarte confirma unas facultades creativas que lo han llevado a reinterpretar distintas tradiciones expresivas en su poesía para ofrecer actualizaciones de temas y motivos bastante específicos. En ese sentido, Calaveras retóricas representa un cambio de tema en cuanto a los poemas, aunque no se distancia de muchos de sus libros anteriores ni en la expresión ni en los fenómenos a los que atiende. Las influencias predominantes en Mares (2011) y Manchas solares (2007) —vanguardias y mediados de siglo en distintas tradiciones latinoamericanas y europeas— dan lugar en Calaveras retóricas a una serie sensible de elecciones prosódicas y el interés existencial que ya caracterizaban la poesía de Lazarte, en una anagnórisis desde los excesos de la noche bohemia.

 

Las cuatro secciones del libro —“Narcocorridos”, “Lotería”, “Antros & Pulquerías”, “Nuevas idolatrías”—, contienen siete poemas cada una, y presentan un carácter visual y reflexivo que consolida estrofas en relación a unidades visuales o de sentido, y concibe los versos como subunidades para reforzar sentencias o detallar descripciones. Este tratamiento es central en unos poemas que funcionan como viñetas de experiencias en México y Perú, en las que predomina la imaginación desde una interpretación peruana —o extranjerista— de una nación cuya densidad excede el exceso bohemio, el legado de la cultura de masas y la experiencia de una generación harto idealizada. Ante ella, Lazarte recoge el legado de la vida al límite que Bolaño dramatiza en Los detectives salvajes (1997), sin optar por los cuestionamientos poéticos —no retóricos— que los poemas de este libro plantean con ironía ante las experiencias de sus propios hablantes líricos. En general, los poemas presentan tránsitos de sentido, imagen y asociación, en los que la capacidad figurativa del poeta vinculan la observación de la naturaleza —“Tijuana Beach”, “Retén en Sonora”, “Los hombres Ziploc”—, espacios urbanos y rurales —“Mordida en el Zócalo”, “El sobreruedas”— y el exceso grotesco o bohemio —“La desdentada”, “La bienamada”, “La estirona”—, para entregarnos reflexiones sobre el influjo de lo efímero y el azar vinculados al carácter proteico de la poesía y el alcohol. En ese sentido, aunque los poemas exudan alcohol, erotismo y metaliteratura, su expresión es contraria a la del título, pues los poemas superan la retórica de la bohemia para entregar una poesía del aprendizaje vital —“La malquerida”, “La pelada”, “La flaca”— y literario —“El burro rayado”, “El wawis”, “Las escaleras”—.

 

La sección final del libro puede engañar por su aparente falta de coherencia temática —México, bohemia—, contraria a la continuidad de los fenómenos. La violencia y la adversidad de esta sección confirman con idéntica agudeza el origen peruano y personal de una excursión difícil, tanto por la huella que una vida así vivida genera como por la buena factura de este libro.

 


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José Miguel Herbozo

[Lima, 1984] Autor de los poemarios Catedral (2005), Los ríos en invierno (Premio nacional PUCP de poesía, 2007), El fin de todas las cosas (2014) y Las ilusiones (2019). Ha sido editor de narrativa en Estruendomudo (2004-2009) y de poesía y narrativa en Celacanto (2014-2017). Es bachiller en literatura hispánica por la Pontificia Universidad Católica del Perú y magister y doctor en literatura latinoamericana por la Universidad de Colorado Boulder. Actualmente, escribe el poemario Huamanga y prepara una traducción de la poesía completa de Alberto Caeiro, heterónimo de Fernando Pessoa. Es profesor visitante en el departamento de español y portugués de Colorado College.