“Poesía búlgara contemporánea”, Rada Panchovska & Ricardo Díez Pellejero (Trad.) | Amelia Serraller
Olifante ediciones de poesía | Zaragoza | 2021 | 104 pp.

Cerca de cuatro años tardó esta cuidada antología de poesía búlgara, según explica en una nota uno de sus traductores, el poeta Ricardo Díez Pellejero. Gestada en compañía de su colega la poeta, traductora e hispanista Rada Panchovska, cuenta con un prólogo del presidente de la Asociación de Escritores Búlgaros, el crítico literario Mijaíl Nedélchev, quien explica la fragmentación política de la escena literaria búlgara. En cualquier caso, son estos poemas comprometidos con la realidad, nada complacientes y de autores que han experimentado en su propia piel dos mundos tan opuestos el como el comunismo y el capitalismo.

 

En concreto, el corpus incluye a 15 poetas, nacidos entre 1949 y 1986. Presentados en orden decreciente, viene así a paliar un tanto la laguna que hay en España con la literatura búlgara contemporánea, a pesar de la presencia de traductores notables como los ya mencionados, la infatigable labor de las talentosas escritoras búlgaras residentes en Madrid Zhivka Baltadzhieva y Adriana Davidova, madre e hija a la sazón, o del joven e hiperactivo Marco Vidal, traductor, filólogo y artífice del blog La Tortuga Búlgara. Precisamente este último acaba de editar, en compañía de su antigua profesora Katya Gerova, una antología búlgara bilingüe titulada Hermanos del polvo, concentrada en la lírica independiente y rabiosamente inconformista de seis poetas.

 

Volviendo al volumen que nos ocupa, Premio Marcelo Reyes de Traducción, ha sido publicado en la serie Maior de la editorial Olifante, con una breve nota explicativa del contraductor Ricardo Díez sobre su gestación, fruto del tándem soñado de cualquier editor: un traductor nativo de cada lengua, y por ende, ambos poetas. Ninguno es novato en el proceloso mundo de la traducción literaria, donde Rada Panchovska ostenta la cifra casi récord de más de 40 libros traducidos.

 

Desgrana Ricardo que la selección de autores es obra de Panchovska quien, como poeta búlgara, domina el fecundo panorama literario de su país.

 

De cada autor se ofrecen dos poemas, precedidos de una breve nota biográfica. Tanto la portada como la semblanza de estos se presentan en rosa. Es este un color sumamente simbólico en Bulgaria porque la rosa búlgara o damascena se cultiva en abundancia para un fragante perfume y su anhelado aceite (pensemos que sólo para conseguir una pequeña gota se necesita la destilación de más de 29 rosas vivas). Otro de los detalles de esta cuidada edición, que inaugura una hermosa fotografía en blanco y negro de la ansiada flor.

 

En la compilación, excepcionalmente traducida, destaca la cadencia y la contundencia del autor más joven, Iván Landzhev; late la capacidad evocadora de los versos de Yordanka Béleva, mostrándose tierna al recordar a su abuela y de una violencia latente en “El momento omitido”:

En la película dos ejércitos
se acercan el uno al otro.
Mientras la distancia me entristece,
el héroe escribe su última carta.
Pregunto a Ivo si tiene algo blanco para lavar.
En este momento están fusilando a los carteros.

Asimismo, vibra el humor desesperanzado y la expresividad de Nadezhda Radúlova; la mordaz crítica social y sentenciosidad de Plamen Dólnov, traducido con hermosa rima asonante; el poderoso ritmo y la sinceridad de Amelia Lícheva, que se confiesa “Mala alumna”:

Aprendo
a ampliar mi mundo,
a cultivar amistades,
a seguir todos los papeles y arquetipos, para ser como los normales,
para que estén a mi lado, detrás de mí, para que sea leve, fácil y sereno
entre el vocerío y el eco,
entre risas e incluso lágrimas.
No puedo.
No aprendo,
no percibo,
no se me da bien.
Mi mundo es del tamaño
de la ropa que se ha quedado corta.

Seguimos degustando la ironía y el fatalismo de Gueorgui Gospodínov; los poderosos encabalgamientos a través de los cuales Rosen Drúmev transmite a borbotones su inquietud vital; las hondas reflexiones filosóficas de Ani Ílkov:

Amantes simbólicos

 

...hasta que no descubramos

las diferencias sistemáticas

entre todas las cosas en el universo

 

nosotros seguiremos considerándonos como amantes de algún dios delante del

cual escribimos curvas nerviosas con nuestra sangre

 

nos alegraremos

de que nuestros niños se parezcan a nosotros

 

y viviremos

y moriremos

en lo idéntico (los nombres)

 

que no existe.

En el último tramo, nos topamos con el elocuente laconismo de Fedia Fílkova y, como broche final, con la reflexión sobre el lenguaje y la crítica a la tecnificación que domina nuestras sociedades de Rada Panchovska, en su faceta de poeta:

Me lo he inventado todo

 

Me lo he inventado todo: un amor grande,

un apego hasta la locura, un orgullosa soledad. —¡Tonterías!—

 

dirán todos,

al alcanzar con su mirada

solo el trocito del manto áureo en el que se pasea el amo

Sin duda, es muy de agradecer la valentía de publicar a poetas vivos de una literatura exótica para los lectores en español. Y ello sin un Premio Nobel o año conmemorativo que sirva como reclamo y acicate.

 

La antología además funciona como una invitación a la lectura, ya que dos poemas por autor saben a muy poco. Así las cosas, el único aspecto que podemos reprocharle a los antólogos es, puestos a asumir el riesgo comercial que implica la poesía, las versiones bilingües se agradecen en este género.

 

Es posible que influya en esto cierta deformación profesional como filóloga eslava, pero no es necesario conocer la lengua de origen para reparar en la rima o en el uso de la anáfora. Un detalle que sin duda aumentaría el coste de la impresión, pero multiplicaría el placer de la lectura.

 


Amelia Serraller

Amelia Serraller

Es docente y traductora técnica y literaria del polaco, el inglés y el ruso. Profesora asociada de la Universidad Alfonso X el Sabio y colaboradora del Área de Filología Eslava en la Universidad Complutense, trabajó previamente como profesora en el Departamento de Iberística de la Universidad de Breslavia. En 2015 defendió su tesis doctoral "¿Literatura o periodismo? La recepción de la obra de Ryszard Kapuściński", que obtuvo el 1er Premio Embajador de Polonia en Humanidades. En 2021 publicó su primer conjunto de relatos Réquiem y Marmitako (Ediciones Facta). Es autora del ensayo Cenizas y fuego: crónicas de Ryszard Kapuściński (Ediciones Amargord) y de la edición crítica de Fugaces de Sofía Casanova (Ed. Torremozas). Medalla Gloria Artis 2018 por su labor como difusora de la literatura polaca, entre sus autores traducidos figuran los rusos Isaak Bábel, Vladímir Sorokin, Aleksandr Pushkin y Nikolái Chernyshevski, así como los polacos Józef Wittlin, Marcin Kurek, Anna Augustyniak o Jan Polkowski.