“Dante”, de Alessandro Barbero | Reinhard Huaman Mori
Editorial Acantilado | Barcelona | 2021 | 400 pp.

Si tras su muerte en 1321, poco después de haber recorrido en vida el Infierno y el Purgatorio, ya había alcanzado el Paraíso, ahora, siete siglos más tarde, su figura se ha vuelto omnipresente. Omnipotente… De facto, este es el mayor escollo a superar para cualquier biógrafo, filólogo o historiador que se atreva a adentrarse —o perderse— “per una selva oscura” llamada Dante Alighieri. Su inmortalidad es tan inapelable e incuestionable como la de Homero, Mahoma, Shakespeare o el mismo Jesucristo. De ahí que saber separar los hechos de las historias o de las anécdotas que circulan sobre “il Sommo Poeta” sea más bien un lungo percorso, plagado de tentaciones y engaños que no cualquiera, en su sano juicio, es capaz de sortear con éxito.

 

Así, desde que Giovanni Boccaccio escribiera la primera de las incontables Vita di Dante hace casi siete centurias, han sido numerosas las páginas y los volúmenes que han continuado la posta, siempre en aras de mostrar y profundizar quién y cómo fue en realidad Dante Alighieri en la Florencia de su tiempo. De todas ellas, quisiera destacar Dante, del medievalista turinés Alessandro Barbero, no solo por ser una de las últimas —a tiempo para la celebración de los 700 años del poeta—, sino más bien por su docta pericia y el exhaustivo análisis de los escasos documentos que han llegado hasta nosotros. La relevancia de esta biografía, a mi modo de ver, se sostiene principalmente en dos motivos, el primero circunstancial, mientras que el segundo es de método.

 

Que Alessandro Barbero sea un historiador versado en cultura medieval y no un experto en Dante le permite mantener una considerable y atinada distancia respecto a la desmesurada imagen que ostenta el poeta florentino. Su tendencia a observar y estudiar los acontecimientos per se le otorga una invaluable libertad frente a un dantista, pues su acercamiento se percibe más objetivo y neutral, arraigado en lo fáctico, lo cual lo protege de cualquier deslumbramiento o asombro que puede suscitar su obra poética. Muchos especialistas se han visto doblegados, de una u otra forma, por el peso de la Divina comedia, de la Vida nueva o del De vulgari eloquentia, esbozando análisis o comentarios de estas en perjuicio de la historia de Dante Alighieri. Quien parte de la poesía para conocer o interpretar su vida, se verá irremediablemente obnubilado por ella, pues es tanta la fuerza que irradia que acaba siendo como luz eléctrica para una polilla. Esta “fortuita circunstancia”, por tanto, es un resistente escudo con el que saca ventaja un experimentado historiador como Barbero.

 

Igual de relevante resulta el proceder del biógrafo, quien lejos de desanimarse ante la escasez de información verídica y certificada de la época, se apoya en los pocos escritos legales, administrativos y notariales para armar la osamenta de su investigación. Si bien el extenuante cribado de estos documentos no le ha proporcionado datos nuevos, sí le ha permitido contextualizar mejor las costumbres y las convenciones sociales, políticas y económicas de la Florencia de los siglos XIII y XIV por los que transitó Dante, tan oscuros y desconocidos para cualquiera de nosotros. Ahora bien, los documentos literarios, como la propia obra dantiana o las biografías y estudios de autores contemporáneos a Dante no han sido dejados de lado por Barbero. Sin embargo, ha recurrido a ellos “con pinzas”, ya sea para constatar, descartar o corregir algunos datos que creíamos ciertos, como por ejemplo, el estatus social de Dante, por mucho tiempo considerado pobre cuando en realidad fue un acomodado que no tuvo nunca que preocuparse económicamente de nada.

 

Asimismo, la ingente bibliografía sobre Dante Alighieri que existe y que seguirá acumulándose a lo largo de los años está manejada con mucho criterio y destreza. Es encomiable la forma en que Barbero procesa, selecciona, sintetiza y reutiliza toda esta vasta información en su biografía. En ningún momento el lector se ve avasallado por la carga informativa de su ecuánime prosa. La erudición de Barbero no resulta pedante ni pretenciosa, sino que discurre con total naturalidad, alejándose intencionadamente de cualquier academicismo. De hecho, su complacencia y deferencia hacia el público se advierte al relegar las notas al final de la biografía, evitando acumularlas al pie de la página. Al ser estas numerosas lo único que conseguirían es entorpecer la lectura, sobre todo en aquellos capítulos con mayor densidad, como el que trata de la genealogía de los Alighieri o los que explican su posición socioeconómica.

 

Todos estos elementos son la materia prima con los que Alessandro Barbero ha cimentado muy bien su investigación. Ha sabido erigir sus argumentos con sapiencia, y su estratégico punto de vista le permite dominar el horizonte dantiano. Su infranqueable solidez arquitectónica se debe a que se ciñe siempre a los datos y se muestra intransigente con cualquier suposición, leyenda o teoría sin sustento corroborado. Asimismo, obra a su favor la claridad expositiva y la minuciosidad con la que detalla cada acontecimiento que ha marcado la vida de Alighieri. No es gratuito, entonces, que Dante, como suele suceder con cualquier otra biografía al uso, empiece no por el nacimiento del poeta, sino por la batalla de Campaldino, fechada el 11 de junio de 1289, día de san Bernabé.

 

Aquel día, el ejército florentino se disponía invadir Arezzo y solo quienes provenían de buena alcurnia o de una ventajosa situación económica tenían el privilegio y el honor de ocupar puestos importantes. En el caso de Dante Alighieri, se sabe que formó parte de la primera línea militar de los florentinos, no a pie, sino a caballo y muy bien armado, siendo él uno de los 150 feditori que vencieron en el campo. Para Barbero, esclarecer y demostrar la alta posición social y económica de Dante es de una vital importancia, ya que ello le permite responder algunas de las tantas interrogantes que circundan la figura del poeta.

 

Una de ellas es su matrimonio con Gemma Donati, una aristócrata florentina a la que nunca mencionó en su obra ni le dedicó ni propició uno solo de sus versos. La firma de la dote, según consta en acta, se dio el 9 de febrero de 1276, en la que un imberbe Dante Alighieri, de apenas 12 años, toma por esposa a una niña bajo circunstancias desconocidas. Lo que sí queda claro es que fue motivado por interés o conveniencia antes que por amor. Además, el hecho de que la dote haya sido poco más que modesta hace pensar que las nupcias beneficiaban más a los Alighieri que a los Donati. En cualquier caso, el estatus de Dante, que no era bajo, se vio bastante fortalecido al entrar a formar parte de una de las familias más pudientes, conspicuas e influyentes de la sociedad florentina del siglo XIII.

 

Por otro lado, más conocida fue la pasión y la devoción que despertó Beatrice (Bice Portinari) en Dante. En tal sentido, Barbero escruta y reflexiona con cautela los contados datos que se tienen de ambos, como los propios testimonios que Dante refiriera en la Vita nuova o en la Commedia o también las recopiladas por Giovanni Boccaccio en su Vita di Dante. El buen hacer del biógrafo lo lleva a poner en duda los encuentros entre ellos o, al menos, le generan ciertas suspicacias, como aquella que leemos en la Vida nueva, donde Dante describe la primera vez que vio a Beatrice con un vestido rojo sangre. Toda esta emoción producto de dicha visión lo acompañará hasta el final de sus días, gestando un impacto potentísimo en su posterior obra poética. Pero esto es harto conocido, incluso para quienes no son expertos en la obra de Dante Alighieri.

 

Empero, Barbero cuenta un suceso muy llamativo, aunque no muy difundido, que constata y grafica muy bien la gran excitación sexual que “la donna angelicata” despertaba en Dante. Si lo sabemos es por mérito y osadía de Dante da Maiano, otro poeta florentino perteneciente al más cercano círculo amical del “Sommo Poeta”. Así, una mañana tras haber sido saludado por Beatrice, Dante sueña con ella (desnuda, en opinión de Barbero) y despierta sobresaltado por una “emoción violenta”. Decide, por tanto, escribir un soneto marcado por esta experiencia, “A ciascun alma presa”, y lo comparte con otros poetas amigos, entre ellos Guido Cavalcanti. La respuesta de Dante da Maiano fue una recomendación en clave cómica: “che lavi la tua coglia largamente, / a ciò che stinga e passi lo vapore” (“que te laves la bolsa de los testículos / para que el vapor se disuelva”). No sabemos si Dante siguió o no el consejo, en todo caso, es posible que el exceso de agua fría en esa voluble área volcánica hubiese podido extinguir el magma que brotaba en nombre de Beatrice.

 

Otro de los temas principales es la implicación en la política florentina por parte de Dante y el consecuente destierro que sufrió al formar parte del bando moderado y a favor del pueblo, este es, el de los güelfos blancos. Lo interesante es cómo la convicción y la entereza de Dante lo situó en contra de la postura política de su propia familia política, ya que los Donati formaban parte de los güelfos negros. Sin embargo, son muchas las intrigas a tener en cuenta, pues si bien es cierto que estaba a favor del pueblo, no se puede negar que era un aristócrata a quien no le placía la inmigración ni el crecimiento económico que conllevara a enriquecimientos vertiginosos. La inestable situación política y administrativa de Florencia tuvo nefastas consecuencias para el poeta, quien fue expulsado de su amada ciudad y a la que jamás regresaría. Resulta muy ilustrativo el modo en que Barbero analiza y relata los últimos 20 años de Dante, su peregrinaje por el norte de Italia y su consabida muerte en Rávena.

 

Irónicamente, son más las lagunas acerca de Dante y su contexto que todos los estudios publicados hasta la fecha. Quien desee adentrarse en esta “selva oscura”, puede encontrar en Alessandro Barbero a su Virgilio personal, no solo como guía e intérprete, sino más bien como un ameno compañero de viaje, dispuesto a responder cualquier pregunta o duda que tengamos sobre Dante Alighieri, eso sí, anteponiendo siempre la veracidad de los hechos por sobre todas las cosas.

 


reinhard huaman mori

Reinhard Huaman Mori

[Lima, Perú, 1979] Ha publicado los poemarios el Árbol (2007) y fragmentos de Fuego* (2010), así como la plaquette de poesía Ella (12 secuencias) Isabel Archer (2015). Sus poemas sueltos y dispersos aparecidos previamente en revistas, diarios y antologías han sido reunidos y publicados en el volumen titulado E·C·O·S (2019). Fue director de la revista Ginebra Magnolia.

 

Actualmente, es el OJO izquierdo de esta revista.