Cualquier adjetivo se pudre como las flores | Rosa Alice Branco

Las mujeres las estrellas de Alcatráz

A las mujeres se les conoce por el andar. No es la velocidad
de los tacones o la edad tardía con la que llegan al café.
Después de que los rayos hayan cruzado los aires y la calle quedado desierta
ellas abren las puertas y lanzan centellas por los poros
hembra hasta después de los cien. Cuando son abuelas las mujeres inventan
mimos como una ecuación puramente matemática,
porque el amor de las mujeres es riguroso hasta la infusión de frutos,
o hasta las hojas de tila que afloran en la próxima aventura de los niños.
Ya todas nos hemos sentido así, amadas hasta el infinito
y sin saber qué hacer con él. Es por eso que las bolsas
de las mujeres son la tierra del nunca con un final feliz,
cuando encuentran la llave y el lápiz labial y abren las puertas
con rojo sangre en los labios con los que besan la vida
y el chocolate. Sabemos que son ellas por el andar
y no está en juego si el pie es plano o las piernas chuecas.
Si las conocemos tan bien es porque están lejos de la perfección
y al hablar de ellas se ríen del muslo adornado de celulitis
suficiente como para escapar del photoshop. Si el andar
las distingue es porque caminan con sonrisa de ave
en los ojos de la gente que al pasar recibe magdalenas
o una sopa caliente. Las mujeres dependen de la estación del año
en la temperatura con la que se dan, dependen de los trenes
y de las bicicletas porque el andar es inefable en tenis o muletas.
Cuando las mujeres se cruzan entre dos calles no saben de sí,
de la raza inconfundible que generan al danzar o cojear,
de la fusión de los meteoros en su vientre de madre o de bebé,
porque el ombligo de las mujeres es el mismo centro del mundo
y ahí en el medio hay un círculo de bondad abriéndose como si fuese
un descapotable y ellas una noche de verano, o solo de estrellas.
Hay una línea directa entre el andar y el calor del vientre.
Es por eso que el regazo de las mujeres es valioso como una estrella
y se refleja en el andar para que todos sepan qué son ellas,
las mujeres, y revientan el paro y el desamor,
escarbando la mañana y el después en un país sin treguas.
Todo esto porque las mujeres pasan y el andar de ellas
nunca promete ni miente. Simplemente da.

As mulheres nas estrelas de Alcatrão

As mulheres conhecem-se pelo andar. Não é a velocidade
dos saltos ou a idade tardia com que chegam ao café.
Depois dos raios cruzarem os ares e a rua estar deserta
elas abrem as portas e lançam centelhas pelos poros
fêmea até depois dos cem. Quando são avós as mulheres inventam
mimos como uma equação puramente matemática,
porque o amor das mulheres é rigoroso até à infusão de frutos,
ou folhas de tília a florar a próxima aventura dos meninos.
Já todas nos sentimos assim, amadas até ao infinito
e sem saber o que fazer com ele. É por isso que as bolsas
das mulheres são a terra do nunca com um final feliz,
quando encontram a chave e o batom e abrem as portas
de vermelho em sangue nos lábios com que beijam a vida
e o chocolate. Sabemos que são elas pelo andar
e não está em causa se é chato o pé ou as pernas tortas.
Se as conhecemos tão bem é porque estão longe da perfeição
e ao falarem dela riem-se da coxa enfeitada de celulite
quanto baste para escapar ao photoshop. Se o andar
as distingue é porque caminham com sorriso de ave
nos olhos da gente que ao passar recebe bolinhos da avó
ou uma sopa quente. As mulheres dependem da estação do ano
na temperatura com que se dão, dependem dos comboios
e das bicicletas porque o andar é inefável de ténis ou muletas.
Quando as mulheres se cruzam entre duas ruas não sabem de si,
da raça inconfundível que geram a dançar ou coxear,
da fusão dos meteoros no seu ventre de mãe ou de bebé,
porque o umbigo das mulheres é mesmo o centro do mundo
e lá no meio há um círculo de bondade a abrir como se fosse
um descapotável e elas uma noite de verão, ou só de estrelas.
Há uma linha directa entre o andar e o calor do ventre.
É por isso que o colo das mulheres é valioso como uma estrela
e se reflecte no andar para que todos saibam que são elas,
as mulheres, e rebentem o desemprego e o desamor,
a escavar o amanhã e o depois num país sem tréguas.
Tudo isto porque as mulheres passam e o andar delas
nunca promete ou mente. Simplesmente dá.

Anillo de Moebius en la chimenea

Si fueras un árbol yo llegaría ahí a las once
con un cesto de mimbre para recoger tus sombras
y dirías —mira, amor, este mar de invierno
es una chimenea donde intercambiamos palabras de fuego y aire.
Y así dentro de las palabras iríamos creciendo el uno
para el otro, nuestras ramas dardearían en vocales
sonantes y yo sabría de memoria la luz en tus ramos
como tu aprenderías a deletrear mis pequeños frutos.
Si fueras un árbol no sería preciso que me dijeras
que no hay fuera o dentro en la topología de los besos
como si no hubieras mirado el manto irresistible
de mis ojos, mi cuerpo ondulado hasta incluso
el lugar donde respira. Solo dirías —camino por ti sin
principio ni fin. Creo que querrías darme todos los
poros del tiempo, cambiarme en palabras suaves que
nada esperan. Quedaríamos para ver el aire caliente subir
lleno de gracia, tal vez nos besásemos porque al amor
le gustan los labios y saldríamos siempre junto al mar.
Y dirías: —ven a mí, las hormigas están
sedientas y no quiero que este amor se seque de verano.
Sacudiríamos las crines, el dorso, la cadera redonda como
dios la hizo y sabrías que mi cuerpo solo se recuesta en tu
cuerpo como aves ondulando por el anillo de Moebius:
objeto magnífico en el que nacemos cada día.

 

Anel de Moebius à lareira

Se fosses uma árvore eu chegava lá pelas onze
com um cesto de vime para colher as tuas sombras
e dizias – olha amor, este mar no inverno
é uma lareira onde trocamos palavras de fogo e ar.
E assim dentro das palavras íamos crescendo um
para o outro, os nossos ramos dardejavam em vogais
sonantes e eu sabia de cor a luz entre os teus ramos
como tu aprendias a soletrar os meus pequenos frutos.
Se fosses uma árvore não era preciso dizeres-me
que não há fora ou dentro na topologia dos beijos
como se não tivesses olhado o manto irreversível
dos meus olhos, o meu corpo ondulando até mesmo
ao lugar onde respira. Só dizias – caminho por ti sem
princípio nem fim. Acho que querias dar-me todos os
poros do tempo, tocar-me em palavras macias que
nada esperam. Ficávamos a ver o ar quente subir
pleno de graça, talvez nos beijássemos porque o amor
gosta de lábios e saíamos sempre junto ao mar.
E dizias: — chega-te a mim, as formigas são vorazes
de água e não quero que este amor murche de estio.
Sacudíamos as crinas, o dorso, o quadril redondo como
deus o fez e sabias que o meu corpo só se deita no teu
corpo com aves esvoaçando pelo anel de Moebius:
objecto magnífico em que nascemos cada dia.

De Trazar un nombre en el corazón del blanco [2018]

En Traçar um nome no coração do branco [2018]

Sin libro de reclamaciones

En el principio era el verbo
y ahora nadie responde.
El marido, la amante, la familia y los amigos,
todos alineados sobre las tumbas.
Comienzan por la oración o el correspondiente laico
y luego pasan a las súplicas y a los sobornos.
Los cementerios son oficinas públicas.
Por eso no hay respuestas.
Hay noches mal dormidas por los motivos equivocados.
Esta noche la cama tembló tres veces. Tus balbuceos
en mi boca. Tu piel húmeda. ¿Soy tu epitafio?
La familia y los demás continúan corriendo por los balcones
sin los formularios rellenados.
Los muertos ya no pertenecen a las respuestas.
Cualquier adjetivo se pudre como las flores.
Qualquier frase se descompone sin sujeto.
Soy apenas un tatuaje en tu tumba.
En el principio era el fin.

Sem livro de reclamações

No princípio era o verbo
e agora ninguém responde.
O marido, a amante, a família e os amigos,
todos alinhados sobre as campas.
Começam pela oração ou o correspondente laico
e logo passam às súplicas e aos subornos.
Os cemitérios são repartições públicas.
Por isso não há respostas.
Há noites mal dormidas pelas razões erradas.
Esta noite a cama tremeu três vezes. Os teus balbucios
na minha boca. A tua pele húmida. Sou o teu epitáfio?
A família e os demais continuam a acorrer aos balcões
sem os formulários preenchidos.
Os mortos já não pertencem às respostas.
Qualquer adjectivo apodrece como as flores.
Qualquer frase se decompõe sem sujeito.
Sou apenas uma tatuagem na tua campa.
No princípio era o fim.

Solo los gatos

Hoy los gatos no comieron.
Se fueron juntando poco a poco en el tejado
y ni la lluvia los hizo abrir la lengua.
Ni el agua desaguó su voz, ni los gatos maullaron.
Aquellos pasos que solo los gatos conocen
nos alejó de las palabras grabadas en mármol
o en el granito echado. Del plástico florido.
De las flores que la ausencia perpetúa.
Hoy las tumbas están silenciosas
y los gatos con las garras aplastadas contra las tejas,
con el mirar que solo los gatos miran,
no saben aún si perdieron la fe en la vida
o más en la muerte. Sienten un nudo
sin nombre en la garganta como todos nosotros.
En la cima del tejado dicen no al cielo.
Quieren afirmarlo de cerca.

Só os gatos

Hoje os gatos não comeram.
Foram-se juntando aos poucos no telhado
e nem a chuva os fez abrir a língua.
Nem a água desaguou a voz, ou os gatos miaram.
Aquelas passadas que só os gatos sabem
afastaram-nos das palavras incisas em mármore
ou no granito deitado. Do plástico florido.
Das flores que a ausência perpetua.
Hoje as campas estão silenciosas
e os gatos com as garras espalmadas contra as telhas,
com o olhar que só os gatos olham,
não sabem ainda se perderam a fé na vida
ou mais na morte. Sentem um nó
inominado na garganta como todos nós.
No cimo do telhado dizem não ao céu.
Querem afirmá-lo de perto.

De Ganado del Señor [2011]
De Gado do Senhor [2011]

Pasos sin memoria

Miro por la ventana y no veo el mar. Las gaviotas
andan por ahí y la hierba se va secando en el tendedero. Temprano por la mañana,
el mar aún no vino. Vino el pan, vino el fuego
y el periódico. La saliva con la que te he de decir buenos días.
Las palabras son las primeras en llegar. Lo que queda de ellas
suaviza el papel. Pan caliente con el sueño de ayer
y los sueños de hoy. Se prepara el día, los pasos
de ir y venir. Estoy cada vez más cerca. Me miras
como si supieras lo que he de saber más tarde.
En esta ciudad nunca es medio día. Hay siempre una dulzura
de otras horas. Y recuerdos extraídos. Déjalos salir
de dentro del vestido, deja libres las olas del mar.
La ventana está vacía. Mi hijo camina hacia la playa
y tú deletreas las gaviotas. Camina frente a mí
sin dejar huellas. Me pierdo como todas las madres,
todos los amantes. Invento pasos y palabras
para adormecer. A esta hora mi abuela enrollaba el rosario
en las manos. Estaba dentro de las cuentas, dentro del sueño
que rondaba la plegaria. Durante mucho tiempo estuve fuera.
Ahora caminamos juntos. Sin memoria.

Passos sem memoria

Olho pela janela e não vejo o mar. As gaivotas
andam por aí e a relva vai secando no varal. Manhã cedo,
o mar ainda não veio. Veio o pão, veio o lume
e o jornal. A saliva com que te hei-de dizer bom-dia.
As palavras são as primeiras a chegar. O que fica delas
amacia o papel. Pão quente com o sono de ontem
e os sonhos de hoje. Prepara-se o dia, os passos
de ir e vir. Estou cada vez mais perto. Olhas-me
como se soubesses o que hei-de saber mais logo.
Nesta cidade nunca é meio-dia. Há sempre uma doçura
de outras horas. E recordações avulsas. Deixa-as sair
de dentro do vestido, deixa soltar as ondas do mar.
A janela está vazia. O meu filho caminha na praia
e tu soletras as gaivotas. Caminha à minha frente
sem deixar pegadas. Perco-me como todas as mães,
todos os amantes. Invento passos e palavras
para adormecer. A esta hora a minha avó enrolava o rosário
nas mãos. Eu estava dentro das contas, dentro do sono
que rondava a prece. Durante muito tempo estive fora.
Agora caminhamos juntos. Sem memória.

Por un día de invierno

El carnicero murió. Dejó mujer,
dos hijos y carne fresca extendida como ropa
en el tendedero. Me acuerdo del orgullo con el que pasaba la mano
por el cuello. Me acuerdo de la pescadera
que nos despertaba por la mañana «pez fresco
tan vivito» y como era de caro el estertor del lenguado.
Incluso las lechugas están frescas después de muertas,
el guiso de nabo, hasta una zanahoria esperamos
que sea fresca allí en el plato con el lenguado rigurosamente
apartado de las espinas. ¡Tan fresco! Van a enterrar
al carnicero después del almuerzo. Ahora yace en la capilla mortuoria
con el rostro descubierto para la familia y los curiosos. El carnicero
murió cansado, pero ahora está fresco:
fue abatido anoche, será embalado a las cuatro de la tarde.


Por um dia de inverno

O homem do talho morreu. Deixou mulher,
dois filhos e carne fresca estendida como roupa
no varal. Lembro-me do orgulho com que passava a mão
pelo cachaço. Lembro-me da peixeira
que nos acordava de manhã «peixe fresco
tão vivinho» e como era caro o estertor do linguado.
Mesmo as alfaces são frescas depois de mortas,
o molho de nabiças, até de uma cenoura esperamos
que seja fresca ali no prato com o linguado rigorosamente
apartado das espinhas. Tão fresco! O homem do talho
vai a enterrar depois do almoço. Agora jaz na capela mortuária
de rosto descoberto para a família e os curiosos. O homem
do talho morreu cansado, mas agora está fresco:
foi abatido ontem, será embalado às quatro da tarde.

De Deletrear el día – Obra poética [2002]
De Soletrar o dia – Obra poética [2002]

Poner el sentimiento

 

Para Bá Soares

 


Poner el sentimiento al rostro protegido
consonante la calle está congestionada por la fiebre
de gente o desierta de pasos en la respiración.
Ponerle el sentimiento al gel en la contorsión de las manos
o jabón azul recordando las lavanderas en el río
y las sábanas sonrojándose en las interminables rectas del tendedero.
Poner el sentimiento a los zapatos en la puerta y entrar
suavemente en la casa que nos acoge de los ciclones,
el galope del frío por adentro de la noche, de nosotros mismos
cuando apuntamos el filo del cuchillo hacia el corazón
e inventamos la culpa y otros desamores nuestros.
Poner el sentimiento a las noticias del periódico, digo,
a los procedimientos del día, las normas que cambian
de camisa con el desplante que el poder exhibe
aunque nuestras vidas estén pendientes
de las palabras que las guían. Poner el sentimiento
al sentido, a la sal, al amor: poner vida al sentimiento.



 

 

Pôr a sentimento

 

para a Bá Soares

 


Pôr a sentimento o rosto protegido
consoante a rua está congestionada pela febre
de gente ou deserta de passos na respiração.
Pôr a sentimento gel na contorção das mãos
ou sabão azul lembrando as lavadeiras no rio
e os lençóis a corar nas rectas infindas do varal.
Pôr a sentimento os sapatos à porta e entrar
suavemente na casa que nos acolhe dos ciclones,
do galope do frio pela noite adentro, de nós mesmos
quando apontamos o gume da faca ao coração
e inventamos a culpa e outros desamores de nós.
Pôr a sentimento as notícias do jornal, digo,
os procedimentos do dia, as normas que mudam
de camisa com o desplante que o poder exibe
ainda que as nossas vidas sejam pendentes
das palavras que as norteiam. Pôr a sentimento
o senso, o sal, o amor: pôr a vida a sentimento.

[Inédito, 11 de junio de 2020]

 

 

* Traducido del portugués por LM Hermoza


Rosa Alice Branco

 Rosa Alice Branco

[Aveiro, Portugal] PhD en Filosofía contemporánea. Entre sus trabajos se cuentan: Animais da Terra [Animales de la tierra] (1988); O Desenvolvimento da Filosofia do Sugerir: a Percepção como Operação Interpretativa [El desenvolvimiento de la Filosofía del sugerir: la percepción como operación interpretativa], tesis de maestría (1990); Monadologia Breve [Monadología breve] (1991); O Que falta ao Mundo para ser Quadro [Lo que le falta al mundo para ser cuadro] (1993); A Mão Feliz. Poemas D(e)ícticos [La mano feliz. Poemas deícticos] (1994); O Único Traço de Pincel [El único trazo de pincel] (1997); Da Alma e dos Espíritos Animais, Campo das Letras [Del alma y de los espíritus animales. Campo de las letras] (2001); Soletrar o Dia [Deletrear el día] (2002) Animal Volátil [Animal volátil] (2005), co-autoría con Casimiro de Brito; O Mundo Não Acaba no Frio dos Teus Ossos [El mundo no acaba en el frío de tus huesos] (2009); Gado do Senhor [Ganado del señor] (2011), cuya traducción al inglés, Cattle of the Lord, fue considerado uno de los mejores libros de poesía en EE UU, en 2016. A este le seguirían Gado e o Gado [Ganado es ganado] y Traçar un nome no coraçao do branco (ambos de 2018), así como Amor cão e outras palavras que não adestram [2022].

L. M. Hermoza

[Trujillo, Perú] Es licenciado en Filología Románica, Máster en Letras y Máster en E-learning. Ha vivido en Perú, en España y Francia. Lideró la Agrupación cornelista: por un planeta sin humanos, con la que publicó fanzines y realizó recitales y performances en Barcelona y París. Dirigió la revista de literatura La Siega. Co-dirigió 2+. Formó parte del consejo de redacción de la revista Paralelo Sur. Ha publicado, en poesía, La trilogía del signo (2021), que reúne sus tres libros de poesía aparecidos en ediciones ultralimitadas en Londres, Ciudad de México, Lima y Mánchester. En narrativa, ha publicado la novela La madre rata (2020), cuya versión preliminar quedó finalista en dos concursos.

 

Actualmente, en el OJO izquierdo de esta revista.
Web personal: lmhermoza.net.

LM Hermoza en OJOXOJO.XYZ