sextinas sonatina melaninas | Esteban Ortega Ramos

 

IV

fina sextina-acróstico

 

Yama a la Aurora el Gayo

A la vez que yo hago

Gárgaras; luego el Yoga,

Oh Apolo, ésta apagóya

Yama de Amor por Yago.

Ay gozo que en el Alba

Gesta (pues no de Alba

Orondo el culo) gayo

Yamar al joven Yago,

Aquél por quien hoy hago

Ganar versos a Goya

O por quien hago Yoga.

Yaga yo haciendo Yoga

Al declinar del Alba

Ganando, en verso, a Goya;

O bien yaga aquel Gayo

Yamándola; yo hago,

Antes en sueño yago,

Oh tú que haces del Yoga,

Yoga que por ti hago,

Arte de Amor, del Alba

Gozo y placer del Gay—

O ¿por qué no eres Goya?

Y tú ¿por qué sí, Goya?

Ah, porque no soy Yago”.

Graciosín… ¿Y si el Gayo

Orguyoso está, el Yoga

Yace en calma y el Alba

A gozar sale; yo hago

Gárgaras por qué? ¿me hago

Ofrecer a tu ar goya

Y tú quieres a Alba?

Argoya-yama, Yago.

Gorda es, no hace Yoga.

Oh prepotente gayo!

 

“Al Yoga, al Alba, al Gayo el nombre debo.

Yagar es lo que hago,

Goya al revés lo dice: YAGO”

 

VII

primera melanina

 

          El campesino de Almería es negro 

y le explotan en negro cada día

hasta que muere, asesinado. ¡Es hora

de que tome la tierra, que la tierra

es suya, y de que expulse al hombre malo 

que se hace rico haciendo al negro pobre! 

 

          Quien se hace rico haciendo al negro pobre, 

pobre de corazón, corazón negro,

es un villano avaricioso y malo;

no merece la luz de cada día,

no merece vivir en esta tierra,

no merece vivir. ¡Llegue su hora! 

 

          Un negro en bicicleta cada hora 

muere arrollado por ser negro y pobre

y con su sangre alimentar la tierra. 

¡Rebélate contra tus amos, negro!

Que aunque empresarios digan ser hoy día 

son esclavistas, los de siempre. Malos, 

 

          malos como la mala hierba, malos 

como la maldad misma. Cada hora

un negro asesinado. En este día

veo más claro que también soy pobre, 

veo más claro que también soy negro

y he decidido trabajar la tierra. 

 

          Junto a vosotros tomaré la tierra 

y expulsaremos de la tierra al malo; 

untándome de tierra me haré negro

y lucharemos. Llegará la hora

en la que el propietario, vuelto pobre, 

muera de nuestra muerte cada día. 

 

          Y cuando llegue tan ansiado día, 

perdonaremos. Y será la Tierra

un paraíso. Nadie será pobre.

Pero no olvidaremos. Nadie malo.

Y volverán a ser dulces las horas

en las que juntos trabajemos. Negro, 

 

          negro que arriesgas todo cada día 

por trabajar la tierra de un malvado,

¡ya es hora de que acabe tu pobreza! 

 

 

VIII 

segunda melanina

 

          Los hijos europeos de la negra África 

(perdón, del África subsahariana), dicen

que en África las cosas son de otra manera, 

que no hace falta trabajar para vivir,

son médicos las plantas y andan los zagales 

desnudos entre cocoteras. Se preguntan, 

 

          si es que le queda a Europa algo que preguntarse, 

por qué se los llevaron de su negra África

y por qué aquí no se desnudan las zagalas

si no es en la bañera o en la cama. Dicen

con razón que esto no es manera de vivir

mas tampoco poder vivir de otra manera. 

 

          ¿Será que uno de niño ve de otra manera 

las cosas?, ¿será África también —preguntan—

una quimera? Quieren volver a vivir

desnudos entre cocoteras de su África,

pero en la Escuela, en Casa, en la Te Ve, les dicen: 

LUCHA POR TU FUTURO, OLVIDA LAS ZAGALAS 

 

          «¡A la mierda el Futuro y vivan las zagalas!» 

Exclama el profesor: «¡Oye tú!, ¡esas maneras!, 

¡guarda respeto!», y llama al padre y se lo dice. 

«¿Así respondes a un maestro?», le pregunta. 

Contesta: «Mi única maestra ha sido África,

tu estúpida ambición me trajo aquí a vivir». 

 

          Súbitamente lágrimas a revivir 

fueron negras al infeliz de que zagales 

eran crüel recuerdo él y la madre en África 

y de su caminar desnudo. De manera

que, sin quererse responder ni preguntarse 

ya más, encuentra soluciones que no dice: 

 

Tragedia en El Ejido [...] Los vecinos dicen

que era alguien muy normal [...] y se quitó la vida 

tras acabar a tiros con [...] «Nos preguntamos

cómo ha podido hacer algo así» [...] Los chavales

del istituto están muy compungidos por la manera 

en que su amigo ha [...] repatriar su cuerpo a África. 

 

 

IX

sonatina (tercera melanina)

 

Adagio-Allegro

 

          a Ana María Mendes, dueña mía.

 

Eres, como tu tierra debe ser, la vida, 

diosa fértil y generosa, perla negra, 

toda húmeda tú, sola alegría al barro. 

 

          Nos has traído, cuando no llovía, lluvia, 

y cuando más había que temerla, un cielo 

cristalino. Te has empeñado en ser la madre 

de tierra inhóspita que no tenía madre, 

 

          de tierra yerma a la que le faltaba vida. 

En Guinea-Bissaú debe ser todo cielo

y todo tierra, la color te daban negra 

 

          y dejaban desmoronarse en modo lluvia 

a tu melena: el agua moldeaba al barro.

Eres arena, suelo, tierra, lodo, barro. 

 

Grave

 

          Aquí, lejos de casa, recuerdo a mi madre, 

porque cuando aquí llueve, allí duele la lluvia 

golpeando sus pechos que me dieron vida, 

pechos viejos, bocados de aureola negra. 

 

          Los reflejos del agua no son los del cielo, 

yo te mando mi agua y te mando mi cielo 

moldeando esta tierra baldía, este barro

del que dejo su esencia en tu tintura negra. 

 

          África negra, entraña de la tierra, madre, 

¿por qué te escondes?, ¿por qué tú, volcán de vida, 

te desintegras ácida bajo la lluvia? 

 

          ¿Dónde estás, dónde?, ¿dónde se marchó tu lluvia?, 

¿por qué te han degradado así, diosa del cielo?,

¿por qué te han condenado a agonizar en vida? 

 

Scherzo (Presto)

 

          Prometeo hizo el hombre y la mujer de barro, 

por eso lo primero nuestra tierra madre, 

la tierra a cuyo nombre el adjetivo negra 

añadió el vate Homero, fue el África negra. 

 

          Y que nadie se asombre de que aunque la lluvia 

sea de los senderos de los ríos madre,

el que sobre las cumbres caer no ve el cielo

diga que bebe el Duero en sus ojos de barro. 

 

Homero sabe que en la tierra está la vida 

y que la vida, 

   al igual que la tierra, es negra;

          y que la llave de la lluvia está en el cielo, 

mas yerra en quién del barro 

     es su querida madre. 

 

XI 

tálasosextina 

 

          Los cefalópodos, por ejemplo los pulpos 

—célebres su agresividad e inteligencia—, 

opresores marinos de vetustos pueblos, 

perdieron el poder en favor de los peces, 

que esperaban océanos de democracia 

y encontraron mareas de capitalismo. 

          Los pescadores, reyes del capitalismo 

—en verdad la metempsicosis de los pulpos—, 

tienden redes de arrastre en donde democracia 

(equitativa anulación de inteligencia

e integridad desintegrada de los peces)

es el poder no de, sino sobre los pueblos. 

          Y el tirano que oprime a todos nuestros pueblos 

es el terrible monstruo del capitalismo

que ya desde pequeños alimenta peces

a su lado dejando unos pocos de pulpos

viejos para aterrorizar su inteligencia

y que crean vivir en una democracia. 

          Pero de viejos morirán, y en democracia 

estarán todos y cada uno de los pueblos; 

entonces se despertará su inteligencia

y juntos lucharán contra el capitalismo 

sabiendo cuáles son los verdaderos pulpos

al darse cuenta al fin de que todos son peces; 

          y la fuerza conjunta de un banco de peces 

será la auténtica y genuina democracia

cuyo nombre han manchado de tinta los pulpos, 

dictadores cromáticos; pero los pueblos,

ante la oceanización del capitalismo,

limpiarán la palabra con su inteligencia. 

          ¿Y cuándo ocurrirá eso si la inteligencia 

en abisales fondos yace de unos peces

que se mueven al margen del capitalismo,

si es irrecuperable ya la democracia,

si los pueblos serán eternamente pueblos

y los pulpos serán eternamente pulpos? 

 

Pulpos del capital, opresores de pueblos, 

la democracia muere en el capitalismo, 

los peces sin el aire de su inteligencia. 

 

fina sextina-acróstico aparecida en

Sextinas: Pasado y presente de una forma poética (Hiperión, 2011).

 

Los demás textos son inéditos.

 


EOR

Esteban Ortega 

[1983] Poeta, profesora y organista políglota. Madrileña, pero no libre (los pobres no podemos ser libres cuando gobiernan los fascistas). Como profesora, ha trabajado 4 años en centros públicos de Andalucía, y otros 4 en Estambul entre el instituto de secundaria de la comunidad sefardí (ULUS Müzevi Lisesi) y el Instituto Cervantes, con el que colaboró también en Shanghái. Como poeta, ha colaborado en diversos panfletos físicos o electrónicos más o menos posmodernos, en la antología Sextinas: Pasado y presente de una forma poética (Hiperión, 2011) y en el 21 festival Aqueteleo (Arnedo, La Rioja). Actualmente, es organista litúrgica en el Real Oratorio del Caballero de Gracia y creadora del primer Festival con, de y sin órgano Sonata de Primavera. Dos o tres jueves al mes organiza pequeños recitales de música sacra en el susodicho templo. Se declara maricón, feminista, antirracista y antifascista, aunque tiene que seguir trabajando cada día para liberarse de la herencia heteropatriarcal que ha recibido como casi todo ser humano en este planeta.