de Púrpura | Maite Martí

 

El nacimiento del mal

 

El cerebro de las cabras está húmedo. Si le abres a una la cabeza, lo verás

rebosante de líquido hidrópico. No pienso hacer eso. 

Las cabras eligen personas felices y he aquí lo que nos queda del remedio:

para volver a la salud toda fe es vana, corruptible, empujada por ella misma

no significa más y se lo reprocha.

 

Las erupciones tenían días particularmente violentos, mucha fuerza y mucho pelo. También en la boca el amor existe y como alcohol brotó, la psicosis que no conoce aunque la ve. Da comienzo al sueño, por falta, imagina su nombre en la lápida y en el hotel dan ganas pero hay que salir, porque no puede excitarse si sus ojos no ven la diferencia, aunque la ve, entre la puerta que se cierra y muy pocas personas. No hace falta que muramos juntos aquí. Cayeron como rebaños al noveno día, porque vivir sin escuchar no se consigue en uno.

 

Aunque hay un solo nombre para el dolor, hay muchas formas de ser excesiva: derrama de otro origen, la malaltia que no és comuna es propia. Por haber faltado a mis deberes se extendió y te diste cuenta porque prometí curar que no cumplo mi palabra.

 

 

 

¿En qué lugar del cielo/una noche/hizo sentir joven a quien no le quedaban hijas? 

 

Al viejo le han dado el alta.  No será más “el viejo”.  Merece ser llamado con mayor justicia, aunque no sé si la lengua hablada por quien tiene en la cabeza demasiadas ideas, puede quizás en la escritura, matar en el acto.

El que hizo tal y cual, aquel por quien vine antes de elegir, cuando aún creía que podía pertenecerme el vértigo de pensar, pero también la risa, no menos amarga.

Pensé que se moría. Seguro que él también. Está muriendo mucha gente.

 

El que ataja el mal, el que no se proclama y es para otros. No es un profeta ni es inevitable, y, sin embargo, cuando nos conocimos predicaba que los males como el nuestro, es probable que lo sean porque el amor es tan viejo como infructuoso.

 

 

 

“Yo, señor, entre otras víctimas”

 

Hablando de las dos cosas en que consiste el placer, 

afirmo que una de ellas es el hambre.

 

Si alguno piensa que esto lo digo por experiencia

compite en ingenio conmigo.

 

Tome cada uno una palabra, como de paso

y venga ya la muerte y el último que salga

que inspire sentimientos análogos.

 

De todo lo escrito, me quedo con la glosa

que hizo que surgiera de nuevo elevada a dos.

Debía ser en realidad una comedia y en el centro

del título en rojo, en la muy noble y leal ciudad

de Barcelona, el dicho empieza y tiene en la portada

sangre de la orina, porque orinar sangre, o porque

en las venas hay mucha, o porque viene por término,

y después, de algún pasaje oscuro recuerda

lo poco que había hecho por un amor tan grande.

 

 

 

Chiste nº6. Del seductor de Tomelloso. No es una fábula masónica.

“El fantasma de las bragas rotas”

 

Mejor rotas que sucias. Nunca las llevaba blancas. Por eso el blanco no es un color y el albayalde también es conocido como orín de plomo. No le preocupaba el orín, sí la falta de resuello. El fantasma, básicamente, empieza a dar señales, se pinta las venas azules. Es el enemigo quien se ha ido borrando hasta revelar el color que llevaremos todas.

 

“El inglés se ríe del francés, pero cuando entra y escucha “soy el fantasma de las bragas rooooootas” se asusta y se escapa corriendo”.

¿No hay alternativa? “También en Europa las mujeres se colocaban en los entierros grandes paños que les cubrían la cabeza y el tronco”.

 

Sigo hablando de bragas. Impresiona poder volver a la vida en cantidades tan grandes. Leche, harina, manteca, moho, yeso, lana, pan, ceniza, nieve, azúcar, cal, sebo, tiza, nácar y titanio. La sangre es un obstáculo pequeño, ¿de qué color es la ropa que cubre la cama de un enfermo grave? Da igual si está menos grave. Mejor rota que sucia.

 

Cicatriza lento uno entre un millón

 

 

"Por un solo hombre —dijo San Pablo— entró el pecado en este mundo

y por el pecado la muerte; así también la muerte se fue propagando

en todos los hombres, por aquel sólo Adán en quien todos pecaron”

(Rom. 5, 12)

 

Las que comían caracoles estaban famélicas.

¿Era eso el pecado original?

 

He imaginado que, como mínimo,

tiene un nombre dulcísimo.

 

Shakespeare tampoco ignoraba:

no sólo el mundo entero es una prisión.   

 

Tan simple cosa,

pudo ser concebida en español.

 

Así esperaba liberar el alma

el mal,

es una gota dentro del molusco.

 

Tiene valor haber contado,

sin ayuda,

las montañas de conchas.

 

 

 

Una aventura en la noche del horror

 

No entraré en profundidad por si alguien se asusta. Porque somos personas. Sin diéresis. Y nada indica que debamos pronunciarnos. No podemos alargar los labios y separar el diptongo con una gubia. Se requieren instrumentos que seccionen el tejido por atrición. La ambigüedad reina y la lingüística se llama forzosamente de otro modo.

El viejo me pregunta si estoy muy guapa y su pregunta, aunque tiene la claridad de la vida, está tan extrañamente ligada a la muerte que usa las metáforas de la muerte para el ardor luego de comer.

 

Como en casi todos los guiones yo rehusé hasta que sucumbí. Se sucumbe ante la fortaleza porque es cristiana o es militar. Su lema reza: “El mejor codillo de Düsseldorf, esa vibrante ciudad a orillas del Rin.”

 

Utilizar la carnaza en lugar de la verdad solo sirve para mantener

al asesino entre nosotras.

 

 

 

"Mortal y rosa"

 

Se pierde lo rubio del pelo como se pierde lo rubio del alma.

 

Nos queda el marrón. Una de las teorías más plausibles lo relaciona con el verbo “marrar” y a éste con “marro”. Me lo como y después vomito. En el suelo el serrín se mezcla con la mayoría de las cosas. Estoy tan afirmada en el lugar común que utilizo el marrón para la corriente.

 

Charlie Brown, el adorable perdedor, ha teñido una estrella fugaz para embellecerla.

¿Qué hay de bello en andar de una parte a otra?

El tono sufre y se queda en matiz. No lo mezcla por terquedad, porque va sobrado de óxido de hierro, pero abundante y disponible no es hermoso. La máxima pobreza no es hermosa. No hay nada hermoso en ser un siervo y marrar el tiro.

 

Una metáfora también puede no querer destacar, sino adaptarse.

Mortal de necesidad la torrentera.

Una rosa flotando es hermosa, pero no tiene mérito flotar en el agua.

 

 

 

La rata, la pulga y el propio bacilo.

 

¡Pero el poder salió de manos del viejo hace más de un siglo! No cabe discutir científicamente con una oración. La oración es urgente como algunas ideas que se transmiten por mordedura. Negra o común. Gris o de alcantarilla. Basta ir a los jardines de Mercè Rodoreda. Es una pena el grado de dejadez del Consistorio en este asunto.

Quien adopta un color litúrgico, se propone vivir de manera litúrgica. En Vallcarca, hay una iglesia ortodoxa rusa. El alfabeto ruso tiene dieciséis letras que en español no existen, pero cuyo sonido es consabido.

 

“Computador is stressed in the last o”. ¿Do son los penitentes? ¿Do los invitados de la boda?

No es solo un tema de salud pública, pues se halla en las pinturas antiguas y en muchas lenguas que mucha gente siente estar saboreando. Insólito cuando no hay antecedentes, pero el viejo ya sabía que de noche, algunos sentimientos racionalmente inaccesibles adquieren un sentido, pero si intenta obtener violeta mezclando rojo y azul, la culpa es del barniz que amarillea. ¿Entonces no era una ronda de noche? Sea cual fuere la validez empírica de hace un siglo, el viejo y el gris son fáciles de identificar porque no producen nostalgia.

 

El día anterior a la Creación, deja pasar un rayo de luz, el rayo se descompone en siete rayos formando un arco iris, pero el viejo ya sabía que yo no deseaba ningún traje blanco y en ningún caso un esmoquin, que solo se lleva de noche.

 

El gusto que se espera es también el sentido que figura si lo que veo al cerrar los ojos,

es solo la sangre de los párpados.

 

de: Es púrpura

 

*Poemas inéditos

 


Maite Martí Vallejo

Maite Martí Vallejo

[España] Vive en Canadá. Es mentira. Vive en Barcelona y siempre ha vivido en Barcelona. Pero le gustaría que “Vive en Canadá" fuera toda su biografía. Ha publicado dos poemarios hasta la fecha: Todos vienen al funeral de Rick (RIL, 2018) y La vida cotidiana arrasa Europa (RIL 2019).